La historia del Akita americano está íntimamente ligada a al nombre de
una mujer legendaria: Helen Keller, La responsable de la llegada de los
primeros ejemplares de Akita inu japoneses o Estados Unidos. Keller,
Que a los pocos meses de edad sufrió una seria enfermedad que la dejo
ciega y sorda, es un ejemplo de superación personal, pues gracias a
esfuerzo de una profesora, Anne Sullivan, aprendió a comunicarse,
estudio una carrera y se convirtió en una conocida activista política.
En 1937, la señora Keller había emprendido un viaje a lo largo de todo
Japón para profundizar en el conocimiento de su lengua, su historia y
sus costumbres, y enseguida se hizo famosa en ese país, el cual estaba
viviendo momentos políticos muy significativos que acabaron derivando en
su entrada en la Segunda Guerra Mundial.
Muy aficionada a los perros, Keller había conocido a la leyenda del fiel
Hachiko, el Akita que espero de por vida el regreso de su amo a la
estación de Shibuya, por lo que incluyó en su plan de viaje una extensa
visita al distrito de Akita.
Allí quedó impresionada por el valor, la lealtad y la belleza de los
hermosos perros locales y expresó su deseo de hacerse con alguno para
llevarlo consigo devuelta Estados Unidos. El joven oficial de policía
Ichiro Ogasawara, que también era criador de Akitas, fue la persona
elegida para facilitarle uno de sus perros a Keller, le propuso adquirir
un cachorro, el bautizado con el nombre de Kamikaze-Go. El cual fue de
total agrado de Keller, que le recogió el 14 de junio de 1937 con 75
días de edad. Este ejemplar, junto con otro denominado Kenzan-Go, regalo
del gobierno japonés a Keller en 1938, pasaron a formar parte de la
historia de la variedad americana del Akita.
Keller,como podéis observar fue una de las impulsoras de nuestra raza, el Akita Americano.
Helen Keller, una leyenda para nuestra raza.
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